jueves, 21 de septiembre de 2023

Efectos del ozono sobre los organismos bacterianos


 Werner von Siemens desarrolló el primer generador de ozono en 1857 (Viebahn 2007). Básicamente, consistía en una cámara de oxígeno sometida a un intenso campo eléctrico. Kleimann, poco después, llevó a cabo los primeros estudios bacteriológicos sobre bacterias patógenas (Rilling 1987).

La ozonoterapia es la administración de ozono en el organismo con fines terapéuticos ya sea como tratamiento único o como terapia complementaria en diversas patologías. Visita https://www.ozono-terapia.com/ la mejor clínica en Ozono medicinal.
Le invitamos a conocer Institut Català d’Ozonoteràpia
La Unidad de Ozonoterapia de la Clínica Quirón de Barcelona la cual fue inaugurada en Noviembre del año 1987 siendo la primera Unidad de Ozonoterapia que se creó en España.

Las aplicaciones clínicas pioneras se produjeron por primera vez durante la Primera Guerra Mundial, cuando se administraron mezclas de ozono y oxígeno aplicadas externamente a las heridas del campo de batalla. El ozono combatió las infecciones y, a través de sus propiedades vasoactivas, fomentó la reparación de heridas. Sin embargo, las fallas de los equipos, debido a la acción oxidativa del ozono sobre las envolturas de tratamiento de caucho, impidieron el progreso en esta área hasta el desarrollo de plásticos resistentes al ozono muchas décadas después.

Hoy en día, existen en todo el mundo más de 3.000 sistemas municipales de purificación de agua basados ??en ozono, un número en constante crecimiento. Esto representa un claro testimonio de las potentes propiedades antimicrobianas del ozono.

Expuestas al ozono, todas las especies bacterianas tienen malos resultados. Las envolturas bacterianas están compuestas de multicapas invaginantes cuyos componentes reaccionan con el ozono. Rodeando el citoplasma bacteriano hay una membrana citoplasmática proteica de fosfolípidos, a su vez envuelta por una cubierta de peptidoglicano estructuralmente estabilizadora. En las bacterias acidorresistentes (p. ej., Mycobacterium tuberculosis), hasta la mitad de la cápsula contiene lípidos complejos.

El ozono actúa sobre las membranas celulares bacterianas mediante la oxidación de sus componentes lipídicos y lipoproteicos, cuyos múltiples enlaces químicos asumen nuevas configuraciones angulares incompatibles con la arquitectura bacteriana viable. También hay pruebas de interacción con proteínas (Mudd 1969). En un estudio que exploraba el efecto del ozono en E. coli, el ozono penetró a través de las membranas celulares, reaccionando con el contenido citoplasmático, escindiendo el ADN plasmídico circular, perjudicando así la procreación bacteriana (Ishizaki 1987). Los organismos superiores han desarrollado mecanismos para proteger el ADN y el ARN, y para repararlos cuando se alteran, lo que podría proporcionar una explicación parcial de por qué, en el tratamiento clínico que utiliza ozono en las dosis prescritas, el ozono es tóxico para los patógenos y no para el paciente (Cech 1986). .

Con un tiempo de exposición y una intensidad de concentración adecuados, todas y cada una de las especies bacterianas (excepto quizás la súper resistente Deinococcus radiodurans y organismos similares) invariablemente sucumben a la acción del ozono, un hecho que dota a la ozonoterapia de uno de sus fundamentos científicos más sólidos.

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